Los gigantes tecnológicos hacen grandes negocios con nuestros datos, aparentan mejorar la privacidad con cambios técnicos cuya clave solo tienen ellos. El RGPD no puede impedirlo, aún siendo la mejor ley de protección de datos hasta ahora.
Los sistemas los gestionan organizaciones que por su posición de monopolio interpretan las normas como les conviene para que no podamos hacer nada efectivo en la protección de nuestros datos y el derecho a la privacidad.
El inquietante alcance de estas prácticas causa indignación por los abusos y riesgos que suponen el profundo conocimiento que obtienen de cuanto hacemos.
La explotación de nuestros datos con Big Data debe ser ética y consentida. En esas condiciones puede ser muy positiva, pero lo debe decidir cada persona.
Nadie protegerá mejor nuestros datos que nosotras mismas. Será factible si contamos con la tecnología necesaria: un sistema que lo garantice de raíz en su diseño.
Este es el propósito de Citizen Key, la ‘llave del/la ciudadano/a‘: crear un sistema para el empoderamiento de nuestros datos usando nuestra propia identidad como fuente de derecho.
El proyecto CitizenKey.org se ha creado para que el diseño, desarrollo, corazón tecnológico inicial y puesta en marcha, sea público y se haga con participación de las personas que se sientan motivadas aportando cada cual lo que esté en su mano.
CitizenKey debe ser nuestro desde sus inicios. Los datos son nuestros, los tenemos nosotros